Maragoto
Marca "Maragoto"
Bernardo Maragoto Otero, originario de Loiba, Santa Martha de Ortigueira, La Coruña, Galicia, España, nació en el año 1871 y vino a Cuba en 1885, trayendo consigo a Cuba a sus dos hijos José María y Vicente.
Desde su llegada a Cuba, Bernardo se desempeñó como fogonero del ferrocarril Habana-Matanzas,
donde por buenos servicios ascendió al cargo de maquinista.
Sufrió luego un
accidente en una
fiesta cuando un irresponsable le disparó con una escopeta que creía descargada, resultando
lisiado de una mano y debió abandonar el ferrocarril. Compró una finca en Pinar del Río, la
provincia más occidental de Cuba y se dedicó a la siembra de tabaco.
José María, el hijo de Bernardo, lo ayudó siempre en las labores del campo, era buen
tirador, abatía
pájaros volando a tiro de revolver, era arrestado y valiente. En una ocasión redujo a la
obediencia, a
plan de machete, a seis guapetones que lo acosaban. Protegió a varios insurrectos cubanos a
pesar de su condición de español.
En la finca tenía un esclavo que llegó a vivir 126 años; se
llamaba Simón Urquiza y le habían marcado en la piel, con un hierro candente el nombre y un
número.
La finca de los Maragoto, fue siempre un símbolo de limpieza y organización, se decía que
era
famosa la calidad de la producción. Por los volúmenes que comercializaban, se creía que la
finca
era trabajada por mas de 20 personas, aunque en la realidad no pasaban de 7.
Afirmar que un tabaco era cosechado por los Maragoto siempre fue una garantía de excelencia.
125 años mas tarde, un tataranieto, Matias, rinde homenaje al primer Maragoto en llegar a
las
Americas, creando una marca de puros que concentra en cada bocanada: tradición, rigor,
experiencia, trabajo arduo y mucho amor al tabaco